Atalanta e
Hipómenes

Atalanta era apenas una niña cuando fue abandonada por sus
padres, pero ésta no murió gracias a la ayuda de una osa que la cuidó hasta que
tuvo edad para casarse. Como no quería
hacerlo, ideó unas pruebas para sus
pretendientes. El que quisiera casarse
con ella tendría que ganarla en una carrera, pero si por el contrario perdía,
debía morir.
Ella era tan rápida como el
viento y por eso siempre dejaba una ventaja a todo participante para tener una
victoria más aplastante.
Un día llegó Hipómenes, el nieto
de Zeus, el cual se enamoró de Atalanta nada más verla. Éste pidió ayuda a la
diosa Venus para poder ganar la prueba y
ella le dio tres manzanas de oro. En la carrera Hipómenes, fue lanzando las
manzanas para que Atalanta se entretuviera y poder ganar la carrera.
La última manzana intentó
lanzarla lejos para sacar más ventaja, pero ella siguió corriendo. Venus hizo
que fuera a por ella, perdiendo así la carrera viéndose obligada a casarse con él.
A Hipómenes se le olvidó darle las gracias a Venus y ésta se
quiso vengar de él, convirtiendo a aquella pareja en leones.
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